Es un dolor inmenso cuando se quiebran las alas
cuando la vida se detiene sin palabras
cuando se va dándote la espalda...
como un aullido silencioso, entre el escombro
como un río de espanto todo rojo
buscando el cauce equivocado de la vida
Muere el aliento de las risas que fueron
como marchitas de un veneno polvoriento
niños de cera, que vuelan en oscuros vientos
sobre kufiyas blancas y negras de martirio
sin lugar a la tregua al piadoso descanso
sin paz en esas tierras donde el demonio reza
Las cenizas sobre el olivo, se congelan de espanto
mudos testigos, parlantes de presencia
ramas quebradas como mis hermanos
fruto aplastado entre las piedras
Es Hiroshima en cuotas, este sol de oriente
sol oscuro de llamas incinerando niños y mujeres
aplastando palestinos con demencia inhumana
arrasando voraces con sus tierras y olivos
Luces y sombras
lágrimas que ruegan
la fuerza de la verdad
en semillas de olivos
dispersas por la tierra
regadas de Diluvio
que se expande sin tregua...
Allia Hakima Kader Tetik
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