derretidos por dentro
chocolate blanco
sobre la carne que llueve
y también se derrite
por dentro
Por fuera, el pulgar,
el dedo mayor
apretando mis sienes
apretando mis ojos
apretándote
Lloran mis huesos
así te siento
así dejó tu ausencia
mi esqueleto
mis carnes
sustento de fantasmas
que me evaden
que vuelven
que se mueven
mostrándome tu imagen
A veces muero
muero viva de recuerdos
muero de palabras
que se fueron
muero de nostalgia
de tardes juntas
de mañanas soleadas
de pasear los jardines
muero de los aromas
de tu ropa y tu cama
muero de los atardeceres
devolviéndome a casa
muero de noches largas
acompañadas
muero de asombro
cada mañana
por la calandria madrugadora
que me levanta
y no te encuentro
muero de su llamado
para acostarme
de sus gritos agudos
desde las ramas
para librarme
muero de estar dormida
adormecida, anestesiada
muero de recordarte
del malvón que florece
de la flor blanca
de los gajos tan verdes
sin tu mirada
Esto es la muerte
deja una estela blanca
mariposas inertes
Alía Hakima Kader Tetik
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