sábado, 27 de enero de 2018

Susurro de palomas

Busco en el dolor
Resultado de imagen para mujer caminando de espaldas
pero no hay nada,
en los recuerdos
que ya no duelen,
todo cicatriza con el tiempo,
lo que no cicatriza se adormece

Tengo el rostro
de mis pensamientos
mas cercanos,
de mis nuevos duelos,
mis nuevos amores,
renovados algunos,
pero viejos.

soy semilla de flores aplastadas
en empecinado suelo,
brotes nuevos,
plagados de inviernos,
germinados de luna
de planetas eternos.

nacer en colores...
nacer de nuevo...
estaciones tardías
de trenes lentos,
borraron las barreras
de los tiempos

llevo papel picado
en las valijas,
serpentinas,
agua de carnavales,
el aliento anterior,
del primer beso,
el roce de tu mano
en la despedida,
la camisa blanca
vista de lejos,
esperando en la cita,
un pedazo de cielo
que robé al firmamento,
el día que volaste
hacia mi encuentro.

Así es la vida,
un susurro de palomas
levantando vuelo...
una flor al costado del camino...
mis huellas y tu aroma.


Allia Hakima Kader Tetik
todos los derechos reservados







domingo, 7 de enero de 2018

Sol de enero

Imagen relacionada

Me atrapa la vulgaridad
lo cotidiano
me arrastra hacia su cueva
la mediocridad
edad de piedra
tierra  barro
y en ese barro lucha el alma
con la mente
enredada en los pensamientos
terrenales
rutinarios
vulgares...

Sol de enero
sol de enero sin las voces
sin las risas acudiendo
para aliviar la vida

subsistiendo de pena
corrí a llamarte
un impulso borroso
de costumbre,
impensado,

que paró en la puerta
ahogó el llamado
y caí en la cuenta
que te habías marchado

Así de cotidianos mis impulsos
así de vulgares mis ideas
así llena de nostalgia
en la jaula secreta,
rutinaria,

estoy perpleja,
terrenal, 
absorta  de tristeza

Allia Hakima Kader Tetik
 todos los derechos reservados


















martes, 2 de enero de 2018

Nazim Hkmet poeta turco

AUTOBIOGRAFÍA

ESCRITA EN BERLÍN ORIENTAL EL 11.9.1961



Nací en 1902.
Jamás he vuelto a mi ciudad natal.
No me gusta volver atrás.
A los tres años, en Halep, ejercité la profesión de nieto de pachá,
a los diecinueve la de estudiante en la universidad de Moscú,
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú:
y desde los catorce años escribo poesías.
Hay hombres que conocen mil variedades de hierbas, otros
conocen variedades de peces,
yo, de separaciones.
Hay hombres que saben de memoria el nombre de cada estrella,
yo, el de las nostalgias.
He dormido en las cárceles y en los grandes hoteles.
He pasado hambre. Casi no existe plato que no haya probado
incluido el de la huelga de hambre.
A los treinta años han querido ahorcarme,
a los cuarenta y ocho quisieron concederme la medalla de la Paz
y me la concedieron.
A los treinta y seis, necesité seis meses para recorrer
cuatro metros cuadrados de sombrío hormigón.
A los cincuenta y nueve, en dieciocho horas, volé
desde Praga a La Habana.
En 1951, en un mar, en compañía de un amigo,
anduve sobre la muerte.
En 1952, con un corazón cascado, tendido sobre la espalda,
esperé la muerte más de cuatro meses.
Fui locamente celoso de las mujeres a las que amé.
No le tuve ninguna envidia a nadie, ni siquiera a Charlot.
Engañé a mis mujeres.
Nunca hablé mal detrás de mis amigos.
He bebido, sin llegar nunca a borrachín.
Siempre con el sudor de mi frente
gané mi dinero. ¡Qué suerte para mí!
Sentí vergüenza ajena. Mentí.
Mentí por piedad.
Pero nunca dije mentiras porque sí.
He montado en tren, en avión, en coche.
La mayoría no lo consigue.
He ido a la ópera.
La mayoría no consigue ir
a la mezquita, la iglesia, el templo, la sinagoga, los hechiceros;
ni siquiera ha oído hablar de la ópera.
Sin embrago, desde los veintiún años no voy
a muchos sitios adonde va la mayoría,
pero suelo hacerme leer el porvenir
en los posos del café.
Mis escritos están impresos en cuarenta idiomas
y prohibidos en mi Turquía, en mi propia lengua.
No tengo aún el cáncer,
tampoco es obligación padecerlo.
Nunca seré primer ministro ni cosa parecida,
tampoco me gustaría serlo.
No fui a la guerra
Pero tampoco bajé a los refugios en medio de la noche.
No me arrastré en las carreteras
huyendo de los aviones que vuelan a ras de tierra.
Cerca de los sesenta me enamoré locamente.
En pocas palabras, amigos míos
Aunque esté hoy en Berlín muriendo de nostalgia,
puedo afirmar
que he vivido como un hombre.
En el tiempo que me queda por vivir
¿qué podrá ocurrirme aún?
Chi lo sá?

Tumbas Lejanas

"La calle de las mariposas"

    (Dedicado a El Chucho y Elviro, que existieron en nuestra imaginación, para hacernos sentir todas las emociones, desde el terror, a la...