sábado, 20 de abril de 2024

"La calle de las mariposas"

Un frasco con una mariposa que está etiquetada con la ... 

 

(Dedicado a El Chucho y Elviro, que existieron en nuestra imaginación, para hacernos sentir todas las emociones, desde el terror, a la risa incontenible y al hombre que pasaba y le gritábamos "se fue al chaco" . Infancia de pueblo, sin televisores,ni celulares, pura imaginación)

 

La esquina de Susana, 

flor abierta, de mágico perfume

va quedando desierta de palabras, 

 

Tal vez lleguen los sapos por las noches, 

todavía...

tal vez los bichos negros, 

sean su alimento, 

bajo la tenue luz,

de la esquina sombría .

 

Sin nosotros, ni ellos, 

los viejos que venían

a desayunar trucos 

y charlatanerías.

urgencias en los chismes, 

de la madre de Abel

con su rodete de Olivia 

y lengua de Popey

 

Susana era el cucú, 

en ese esquema de ensueños,

gritándonos por la noche, 

gritando para corrernos

las risas en su ventana, 

interrumpían el sueño. 

 

Esquina de barrilete, 

con esos bancos pequeños

con su mesa de juguete, 

con extraños lugareños,

rodeada de personajes, 

irrepetibles, inertes,

una foto de almanaque, 

que durará para siempre.

 

Éramos solo un puñado, 

de niños y adolescentes

robando las mandarinas 

o corriendo con La Liebre

juegos de noche y de día, 

soñadores e inconscientes

no previmos que el destino, 

también jugaba su suerte.


Y fuimos los barriletes, 

buscando alcanzar el cielo

que habitaba en esa esquina

 y que no pudimos verlo

separados por la vida, 

encontrados por las muertes

vivimos con la alegría, 

de todos esos recuerdos 

 

El regador, donde humeaba, 

aquel olor a la tierra,

sentados en los cordones, 

para mojarnos las piernas...

El palo de las escobas,

 que afilamos en las siestas

el campeonato de Lidos,

 con nuestro grito de guerra

 

Ése olor a tamarindo, 

donde armábamos las cuevas

para matar enemigos, 

con las armas de madera. 

las revistas de vaqueros,

 leídas entre payanas

la figurita difícil, 

esa que siempre faltaba. 

 

Infancia de agua y de fuego, 

de bombitas de colores

de fogata de San Pedro, 

de circos y carnavales

de bolitas y bolones, 

catangas y demás juegos 

de madres llamando luego, 

con voces amenazantes

gritándonos en la calle, 

paralizando las piernas

sabiendo que alguna rama, 

esperaba tras la puerta.

 

Cuando la vida me ataca,

y la decepción me acecha

las traiciones me acobardan,

y el dolor clava sus flechas

recuerdo las mariposas,

que atravesaban el alma

y nunca más volví a verlas...

 

Ahita de Rufino

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Tumbas Lejanas

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