Esa mañana igual a cualquier otra
anestesiada de rutina y abandono
en la orilla lejana de mi misma...
un reloj que no avanza con las horas
latidos lentos
sin colores
cercana agonía de misterios
sin soles
muertos deseos para oler mis flores
apagado los cantos de las aves
esas que otrora traían sus cantares
sus vibrantes y dulces aleteos
un día tras otro sin poder ver el cielo
las nubes que dibujaban sus antojos
imaginando peces, mariposas
juguetes de mis ojos
igual que siempre
esas noches frías
donde esperaba a nadie
con la mesa tendida
un mundo sin sonidos habituales
un mundo sin fantasías
todos ausentes a la misma hora
confabulados de ausencia
comidas sin comensales
sin almuerzos ni cenas
un vacío total de soledades
un ayuno obligado de presencias
una vida sin vida
un muerto en pena
un deshecho olvidado
que se deja
sin mas ni mas
en lenta espera...
inventadas mentiras
para calmar las sedes
el engaño bebiendo
con sus amargas hieles
sin rencores ni miedos
solo inerte
en los albores de esa muerte
quieta
Así me encontró el hombre de mis sueños
con raído ropaje casi muerta
vagabuendeando estrellas sin un norte
como un ángel caído
deshojó mis verdades
en mi sangre estampó sus huellas
me llenó de coraje
me inyectó de sus venas
insufló de su aliento
para darme
otra vida nueva
En medio del revuelo de mi alma
me curó la ceguera
alivió esas heridas tan abiertas
calmó mi sed de presencias
Ya no espero
ni me visto de soledad en las mañanas
ni el frío de las noches siento
ni la orilla de mi misma está lejana
ni se ha parado el reloj
no hay más latidos lentos de agonía
y puedo ver el cielo con sus nubes
imagiando peces, mariposas
no hay mentiras ni engaños con sus hieles
ni ayunos obligados de presencias
Regresaron las aves
con sus vibrantes y dulces aleteos
a regalar cantares
Una alquimia de sueños brota en rosas
una historia sin tiempo que renace
Allia Hakima Kader Tetik
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