
Verónica no ha muerto.Porque la conocí de pequeñita y jamás ha crecido,sigue leyendo tu carta y tus poemas.Ella será siempre,nuestras hijas mujeres.Pequeños reflejos de muñecas,que Dios pone en nuestras manos de regalo,para mostrarnos toda su divinidad. "...ella será el rosa del tul que envuelve las cunas...el caramelo pegoteado en la mejilla,el corazón estallando de las madres, cuando aparece la niña.Y será tu Verónica la llave,que abrirá en nuestros labios la poesía..."(m.p.)